Si bien cuando nos detenemos a recordar momentos futbolísticos con tintes pasados, generalmente nos acordamos de grandes jugadas, de equipos que desplegaron un fútbol asombroso, o simplemente, de jugadores que fueron santo de nuestra devoción por algún motivo, por ser seguramente momentos a nuestro juicio bellos y que nos inspiran distintos sentimientos, no debemos pasar por alto esos otros lances cómicos protagonizados por los jugadores del deporte de rey. Sobra decir que, quien sufre en sus propias carnes los caprichos del destino de esta forma, no ve con tanta gracia tales acontecimientos, pero partiendo desde el más profundo respeto, hoy vamos a recordar una de las actuaciones más desastrosas que podemos sacar del tintero en nuestros tiempos más recientes.

Para ser más exactos, hablaremos de la señalada actuación de Farid Chaal, portero de Argelia, contra Honduras en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.

Haciendo un breve paréntesis sobre el motivo que nos atañe en esta publicación, añadir que vuelve a escena La Roja, la selección española, y que, si le gusta divertirse haciendo pronósticos virtuales en partidos, puede acudir a portales web como 888Sport.es, en los que tratar de ganar algo de dinero, a la par que se divierte jugando.
Regresando a la temática principal, cabe añadir que consideramos como completamente normal tener un mal día en tu trabajo. En el caso del arquero africano, defendiendo la portería de su país. Para muchos, sólo un partido más de fútbol; para otros tantos, una defensa a ultranza de los intereses de la patria. Este deporte despierta pasiones muy opuestas según el prisma desde el que sea enfocado.
Como se viene citando, no estar fino un día es humano. El problema reside en que cuando eres portero, tu error aún es valorado con mayor minuciosidad, está mucho más expuesto a la opinión. A fin de cuentas, es la última resistencia del equipo en la parcela defensiva…
Si a esto le añadimos el agravante de ser tu primer partido en los Juegos Olímpicos, y de que tus errores acaban provocando que tu escuadra caiga, el disgusto se multiplica de forma irremediable.
Es lo que le sucedió a nuestro protagonista, cuyas manos “de mantequilla” y extrañas cabriolas propiciaron dos goles del combinado hondureño, que acabó imponiéndose en la relevante disputa por 3 goles a 2.
El primer fallo garrafal de Chaal se produjo cuando de manera casi inexplicable, en lugar de detener un testarazo, optó por colgarse del travesaño, golpear el balón con su espalda, e intentar sacar la bola en la misma línea con su mano derecha. Era el segundo gol para Honduras.

En otro momento, las manos de Farid pecaron de suma blandura, dejando escapar un cuero aparentemente bastante sencillo. Nuevo gol. Suponía el 3-1 para los sudamericanos, que no dejarían caer en saco roto los obsequios del desafortunado cancerbero argelino, que terminó el partido desolado (como no podía ser de otra forma).

Había que remontarse a hace 37 años para contemplar la última aparición de Argelia en esta competición, y la tremenda sucesión de pifias de nuestro protagonista, poco menos que provocarían la derrota en este regreso tan apasionante del combinado del norte de África.
Por suerte para Farid, el fútbol siempre presenta una nueva oportunidad de reválida…