Lo típico que te has pasado todo el domingo por la noche hablando de El Clásico y te tienes que levantar para ir a clase o a trabajar y tu madre o tu mujer hace esto contigo… qué vergüenza ajena, Mascherano, qué vergüenza!
En banquillo en el FIFA viene siendo tu amigo sentado en el sofá de brazos cruzados y deseando que acabéis para que pueda volver a jugar él. Sin más. Bueno, espera… tampoco se diferencia tanto a la vida real!