Fútbol
Pues nada, la pillada a Giroud ha sido tan tan grande que ni había un posible «no es lo que parece, querida» ha tenido que admitir que le fue infiel a su esposa y encima en el hotel de concentración con su equipo. Luego va en plan pidiendo perdón en Twitter a su mujer, a su familia, a su entrenador y a su equipo pero la cosa pinta fea, chaval.