A Messi le dijeron que podía ser cualquier cosa… así que tomó muchas «vitaminas», se convirtió en jugador del Barça, luego en Jesucristo, luego en Dios y finalmente en Supermán.
Oh. Las muestras de amor de padre haxia sus hijos en el terreno de juego siempre nos enternecen telita y si son de Messi hacia el nuevo hijo de Dios, Thiago (ya tenemos nueva figurita para el belén esta Navidad) más aún.