Parece que a Ibra no le ha gustado que su compañero del PSG, Ezequiel Lavezzi, le toque la nariz para celebrar el gol que acababa de meter. La cara de Zlatan no tiene desperdicio…
Los padres futboleros tienen una oscura obsesión con que su hijo juegue a fútbol, pero si hace esto en los partidos, es que te está enviando una señal: no le gusta el fútbol (o eso o es un vago de la rehostia).