Si juntas el campo de fútbol polaco que parecía una piscina, con los aficionados aburridos que decidieron invadir el terreno de juego y la canción de los vigilantes de la playa, te sale una mezcla épica.
Que un atleta, tipo el primo de Usain Bolt, le dé por ser un espontáneo en un terreno de juego es la peor pesadilla de un agente estadounidense común, barriguita baconera incluida.
Si os somos sinceros, no teníamos ni idea de la existencia de este premio llamado Pie de Oro y concedido a Ibrahimovic en Mónaco por una larga y exitosa carrera como jugador de fútbol. Lo importante es el mensaje de Ibra a Guardiola: Chúpate esa, Pep..