Ibra está escocido y se le nota: todo el mundo estaba tan ocupado viendo el clásico que nadie se dio cuenta de que marcó dos goles en dos minutos. Pobrecito.
Por muchos goles e igualdad que hubiera en el clásico de ayer, me aburrí más que en un Valladolid -Espanyol, así que siempre lo recordaré como el día en que Cristiano Ronaldo quiso hacer una pedazo de chilena en el Camp Nou y acabó dándose un hostiazo en el suelo.