Los padres futboleros tienen una oscura obsesión con que su hijo juegue a fútbol, pero si hace esto en los partidos, es que te está enviando una señal: no le gusta el fútbol (o eso o es un vago de la rehostia).
Iker y Marcelo se aburren tanto en los vuelos del equipo que se dedican a hacerse fotos en el Instagra. Sólo les falta cantar «Una sardina, dos sardinas, tres sardinas.. y uuun gato»