En el partido irlandés – gaélico de ayer se volvió a ver un nuevo tipo de agresión en el fútbol, el rollito de Suárez: morder al oponente, Esperemos que no se la droja caníbal esa, ¿eh?
Vaya, parece ser que Luis Suárez tuvo problemas para entrar a casa de sus suegros y aprovechó el momento de espera para hacerse unas fotos con los aficionados del Barça. No hay mal que por bien no venga.