Simplemente alucinante. Ocurrió en Rumanía, en un partido de Cuarta División. Entran las fuerzas especiales del ejército, armadas y con máscaras, y empiezan una operación especial para detener a un jugador. Lo nunca visto.
Bornescu, portero del Petrolul, no tuvo otra cosa que hacer que morder a un oponente. Cuidado, que es de Rumanía, no vaya a ser descendiente del Conde Drácula de Transilvania…
Si te lesionas jugando un partido de fútbol ve con cuidado, te sacarán del campo en una carretilla (¡parece estar motorizada!), pero lo mejor es la pegatina de la Cruz Roja que lleva en el lateral! WIN!