El tema es que las patadas en el estómago de alguien que cuesta 100 mil millones de euros como que duelen más y hay que actuar en consecuencia. Nominado al Oscar, por si acaso.
Pobre jugador del Houston Dynamo, él solo quería acariciar la cara de Donis Escober, portero del Olimpia Soccer Club, del cual se había enamorado, y el otro reacciona como si le hubiese dado un zas en toda la boca o algo. Desagradecido…