Sí, porque en el sucio mundo del fútbol, lleno de rivalidad, envidias, poder y dinero aún quedan cosas bonitas, como Didier Drogba abrazando a su ex entrenador, Mourinho, después de un encuentro.
Pepe lo tenía a huevo para entrar a matar, hacer un penalti y romper una tibia y peroné por el camino, pero no, pero toca el balón y hace lo imposible por no tocar al jugador del Barça, Iniesta. Pepe, estamos orgullosos de ti, joe.