El partido del Liverpool estaba siendo TAN malo que el portero suplente, Brad Jones, se durmió en el banquillo. Que haga RT aquél al que le haya pasado alguna vez!
Y no estaba muerto, nono, estaba durmiendo la mona, lerelelele… en fin, se podría decir que es nacroléptico pero el hecho de que se haya quitado las zapatillas dice pocas cosas a su favor.